La cesárea puede generar cambios en la menstruación

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Según datos del INE, un cuarto de los partos en España se producen por cesárea. Sin embargo, existe mucho desconocimiento sobre los cambios que se producen en el cuerpo de las mujeres después de una cesárea. Desde INTIMINA, compañía que ofrece la primera gama dedicada a cuidar todos los aspectos de la salud íntima femenina, visibilizan uno de los aspectos sobre el que existen más dudas tras este tipo de parto: la menstruación.

Cambios en la menstruación tras una cesárea

Tras una cesárea, el ciclo menstrual de la mujer suele volver a la normalidad después de entre 8 y 12 semanas. Sin embargo, no es raro que algunas mujeres tengan períodos irregulares durante varios meses después del parto. Esto puede deberse a los cambios hormonales, a la salud general de la madre, a su peso o al estrés.

Es importante tener en cuenta que la lactancia exclusiva suele retrasar la vuelta de la menstruación, ya que suprime la ovulación. Las mujeres que dan el pecho a sus bebés pueden notar que la menstruación no vuelve hasta que empiezan a destetar. 

Por otro lado, que se produzcan sangrados y secreción vaginal abundante después del parto es normal. Esto se conoce como “loquios” y ocurre tanto en las cesáreas como en los partos vaginales. El sangrado suele ser abundante en los dos primeros días después del parto y se reduce rápidamente a medida que el útero vuelve a su tamaño normal, aunque puede persistir un sangrado ligero y flujo más abundante hasta 6 semanas. 

La primera menstruación puede ser diferente de la anterior y lo más habitual es que, después de una cesárea, sea algo más abundante y dolorosa. Sin embargo, hay ciertos síntomas que pueden indicar que las cosas no van del todo bien en el postparto y necesitan la evaluación más detallada de una matrona. 

Síntomas a los que hay que prestar atención e incluso buscar ayuda médica

  • Sangrado mucho más abundante de lo habitual y que empapa las compresas en un par de horas.
  • Dolor que impide realizar las actividades cotidianas, que no responde a un simple analgésico o que te mantiene despierta por la noche.
  • Fiebre. Las hemorragias tras el parto y la primera menstruación no deben ir acompañadas de fiebre.
  • Después del parto es normal que haya algo más de flujo vaginal. Sin embargo, si adquiere un color amarillo o verde o se asocia a un olor desagradable, se recomienda una evaluación más exhaustiva.
  • Sangrado que persiste más de seis semanas después del parto o reglas que duran más de lo habitual (más de 10 días).
  • Falta de menstruación. La lactancia suele retrasar la vuelta de la menstruación, que podría no recuperarse hasta el momento del destete. Si la menstruación no ha vuelto después de seis meses en mujeres que no estén amamantando, habría que acudir al médico.

¿Cómo ayuda la copa menstrual a conocer nuestra salud íntima? 

Una de las principales ventajas de las copas menstruales respecto al resto de opciones de higiene menstrual es que recogen el flujo en vez de absorberlo, como en el caso de la Lily Cup de INTIMINA. De este modo, podremos percibir si después de una cesárea hay cambios en la cantidad, textura, color u olor del flujo menstrual, lo que podría estar indicándonos que hay algún problema. No se recomienda usar la copa menstrual hasta pasadas 6 semanas del parto, en general.

“El poder hacer esta observación directa del flujo menstrual nos permite conocer mejor nuestro cuerpo e identificar en tiempo real posibles cambios o alteraciones, que podrían estar advirtiéndonos de que algo no va bien después de la cesárea”.

Pilar Ruiz, Responsable de Comunicación de INTIMINA en España.

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